El final del verano es una buena época para que comencemos a cambiar la exposición de los productos de temporada por otros que nos reporten más beneficio. Ahora ya es buen momento para que los lineales de detrás del mostrador comiencen a dar paso a las vitaminas capilares, dado que el verano es una de las épocas en las que nuestras fibras capilares sufren más y se deterioran con más facilidad.
Hemos expuesto nuestro cabello a interminables horas de sol, salitre, cloro y exceso de humedad, esto hace que los cabellos se encuentren más debilitados, e incluso hayan perdido brillo, color, y uniformidad.
Tenemos que anticiparnos a la vuelta de las vacaciones de nuestros clientes y tener ya preparados algún escaparate con esta temática y una doble exposición (zona capilar y zona mostrador serían un buen ejemplo).
Además de las vitaminas deberíamos asociar champús o mascarillas reparadoras que ayuden a reparar los daños causados durante el verano.
Podríamos seleccionar una de las marcas de productos capilares con los que trabajemos directamente con el laboratorio y pedirle algún descuento especial que ofrecer a nuestros clientes o por ejemplo la visita de una dermoconsejera que realice un análisis capilar gratuito a los clientes para reforzar la venta de estos productos.
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